3 de enero de 2015

Alone.


La soledad me sigue a donde sea que voy. En los restaurants, en los parques, en las fiestas, en los bares, en las tabernas, en el hospital, en el whatsapp, en las redes sociales, en mi barrio, en mi casa. La soledad esta donde yo estoy, me sigue y es inevitable. Soy un hombre solitario. A veces creo que Dios me hizo un hombre solitario. Hace unos días decidí salir con una de mis compañeras, no es Cecilia, Cecilia esta saliendo con nuestro jefe, por si alguno de ustedes se lo preguntaban. ¿Que como me ha dejado eso? al principio fue un golpe terrible pero llegue a la conclusión de que no vale la pena sufrir en algo que jamás se dió. 

Bueno, como les iba diciendo. Sali con una compañera del trabajo, Leticia. Una mujer sencilla, carismática, risueña, sin complejos y con una seguridad enorme; cosa que admiro desde que la conozco. Creo que no le teme a nada, da esa impresión. Mi relación de amistad con ella, podría decirse que comenzó en el comedor del hospital. 

Tenemos un amigo en común que nos presentó y después de eso, cada que nos vemos platicamos de tonteras o de como nos va. No es para nada difícil hablar con ella, digo, todo el mundo habla con ella. Es tan abierta, tan propositiva que... creo que eso me dió la pauta para decirme a mi mismo ¿por qué no salir con ella? asunto que tome y que hice. La primera cita fue como, creo que fue como nuestros pequeños encuentros en la cafetería, ya saben, hablamos de todo y de tonteras del trabajo al mismo tiempo.

Fue tan liberador tener una cita sin la presión de impresionar o de tratar de _____ no sé... tratar de practicar dos que tres chistes para romper el hielo o relajar a la otra persona. Esta cita fue increíble, la pase súper pero en mi mente no dejaba de pensar en que "te esta tratando como cualquier amigo/conocido de ella, no te toma en cuenta para algo mas". Lo sé, lo sé, es un error pensar así. 

La segunda cita fue un poco mas formal, no sé que paso que de repente la cita se torno gris y pasó eso cuando le dije que me gustaba y que quería conocerla mucho más, todo eso acompañado con una rosa. Yo note que ella se sintió halagada en el momento, pero después de media hora transcurrida la cita, note que ella se sentía un poco incomoda, creo. Bueno, no lo sé, pero pasaron los días. El año nuevo pasó y no me contestaba las llamadas. Y en el hospital ya no me la topo en el pasillo de siempre. 

No sé que pasó, pero creo que la asusté. Creo que fui algo rápido. Creo que simplemente la soledad me sigue a donde sea que voy. En los restaurants, en los parques, en las fiestas, en los bares, en las tabernas, en el hospital, en el whatsapp, en las redes sociales, en mi barrio, en mi casa. La soledad esta donde yo estoy, me sigue y es inevitable. Soy un hombre solitario. Ella es como todas las mujeres de mi vida, fría y distanciada. Asi son las mujeres conmigo, son como un maldito sindicato contra mi. ¿Será algo en mi ADN que las repele?, siendo sincero con ustedes, esto me devastó. Me siento muy triste, respiro soledad y las noches son muy vacias en mi departamento. Ojala todo esto se me pase.

por Antonio Ramírez.