17 de junio de 2016

Punto sin retorno.


Estoy en la parte de mi vida donde no hay un punto de retorno, ya estoy en los 30s y en poco tiempo estaré visitando esos 40s. Hace unas cuantas semanas tuve una cena familiar. La celebración: Mi primo y mi hermana cumplieron años el mismo mes y la familia decidió hacer una mega hyper y tremendísima cena. Bueno, pues si, asistí; y no de muy buena gana, déjenme decirles. ¿Por qué fuiste de mala gana? porque sabía a lo que me iba a enfrentar justamente cruzando la puerta del restaurante, aunque lo que imagine días antes no fue ni la minima parte de lo que la realidad me esperaba.

 Si, todos tenían pareja menos yo. Yo llegué solo como siempre. Y como siempre salieron los comentarios de mis tios y demás allegados acerca de mi soltería.

Y las principales, como siempre, fueron mi mamá y mi hermana. El acabóse: La gran sorpresa de la noche, mi primo anuncia que se casa por segunda vez, y las comparativas para con su servidor no se dejaron sobre la mesa, los comentarios salieron como si fueran pequeños "fireworks" pegándome en las bolas. Cansado ante tales comentarios, opte por salir un rato al jardín a respirar un poco y que se calmarán las aguas allá adentro.

Me senté en uno de los árboles y mire un rato la noche, que por cierto, estaba un poco nublado y algo fría.Y me puse a pensar, si, es verdad. Soy el único de la familia que aún no encuentra una compañera....

por Antonio Ramirez.