12 de marzo de 2015

Cena.


Sigo deambulando por la vida. Ayer cene con un amigo, Luis, y su prometida. Luis es un amigo entrañable de mi barrio, me lo tope mientras yo compraba queso. Hablamos de los viejos y los nuevos tiempos, para mi sorpresa me conto que estaba comprometido. Hasta me enseño el anillo de compromiso y la foto en celular de él con su prometida... mientras lo escuchaba y veía la foto, corria en mi el pensamiento de: "mierda! ¿acaso no te das cuenta que todos tus amigos y conocidos ya están casados, y otros están por casarse y tu aun no?", pensamiento recurrente.

Luego Luis me invito a cenar con él y su prometida
le dije: - claro pero...¿no me estás preparando una cita a ciegas verdad?.
a lo que contesto: -Noooo para nada, hombre. Solo tu, mi prometida y yo. 
-dijo con un gesto vivaz y feliz.
Luego me reí y acepte esa cena.
Hablamos un rato más, desde el cajero hasta el estacionamiento y nos despedimos como siempre.

Bueno, les cuento luego. La cena fue estupenda, bebimos algo de vino, contamos anecdotas de cosas que nos pasaban cuando niños -hablo de Luis y yo-, y unos que otros chistes y asuntos de trabajo. Me la pase muy bien. Y si se preguntan, si, cuando toque la puerta pensé que me toparía con una cita a ciegas preparada.... pero gracias a Dios no fue asi. Y me la pase de lujo. Tengo que admitirlo, Luis se saco la loteria con su prometida. Ella es linda, inteligente, buena platicadora y se nota que ama a mi amigo. Que eso es lo mas importante en todo eso.

Cuando llegue a casa después de esa grandiosa velada, me puse un poco triste porque realmente no tengo a nadie. Y bueno, que les puedo decir. La agonia terrible de siempre. Saque un par de cervezas, unos doritos y me puse a ver la tv. Desperte al día siguiente con un dolor terrible de cabeza y un hambre infernal. ¿El corazón?.. vacio, ya saben.

por Antonio Ramírez

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